Policiales

Un hombre denunciado por violencia de género atacó con un machete a policías

Un miembro del Cuerpo de Especial de Rescate y Operaciones recibió machetazo en el brazo, en el casco y sobre el fúsil que portaba. El imputado es experto en artes marciales, en su casa encontraron armas de fuego de distintos calibres, puñales y otras armas blancas. El agresor recibió un disparo de fusil por lo que fue intervenido quirúrgicamente y se encuentra clínicamente estable.

En la mañana de este domingo, un hombre acusado de violencia de género debía ser detenido por orden de la Justicia.

Por este motivo, personal de la Seccional Séptima, a cargo de la investigación, solicitó la colaboración del Cuerpo Especial de Rescate y Operaciones (CERO), ya que la persona investigada tendría conocimiento de artes marciales, y al parecer también poseía armas de fuego.

Tras el ingreso en la vivienda, el imputado le asestó dos machetazos a un miembro del equipo de irrupción e intentó hacer lo mismo con otro de los efectivos, en consecuencia, el agresor resultó herido de bala.

Ante la situación, el director de esta división de elite, el comisario inspector Mariano Domínguez explicó que cerca de las 8 de la mañana, un equipo conformado por aproximadamente 8 efectivos acudió al domicilio de dos pisos, ubicado en pasaje Roma al 192 para asistir el trabajo del personal de Comisaría Séptima.

Una vez en el lugar y se inició la irrupción mediante el uso de una brecha mecánica, y luego de aplicar el código de silencio para estos casos, ya que la puerta de ingreso es del tipo “inyectada” y ese refuerzo requería un esfuerzo mayor para derribarla, el personal da el grito reiterado de “Policía, allanamiento”.

Domínguez mencionó que el grito de advertencia fue ignorado y que cuando ingresaron notaron que en el interior no había luz eléctrica y el lugar estaba a oscuras.

De todas maneras, dos miembros del equipo subieron (como dicta el protocolo de acción) con el objetivo de despejar los ambientes de la casa para que el personal de comisaría concretara la detención y el secuestro de los elementos solicitados por el juez de la causa.

Ya en la escalera, el primer efectivo llegó al final e ingresó a una habitación también oscura, que al parecer funcionaba como un gimnasio privado; cuando el segundo efectivo llegó al último escalón; desde un pasillo que unía la escalera con los ambientes de la segunda planta, asomó la persona buscada y sin mediar palabra arremetió a machetazos contra el segundo efectivo, y acto seguido se fue encima del que había ingresado al gimnasio y lo golpeó.
Domínguez explicó que, en situaciones de este tipo, el entrenamiento indica aplicar la REGLA DE TUELLER, también es conocida como de los 21 pies (6.4 metros). Ya que los ataques con cuchillos, navajas, machetes o cualquier otro tipo de arma blanca son cortos, explosivos, muy violentos y potencialmente más letales que un enfrentamiento con armas de fuego. Por eso, para repeler el ataque utilizaron el fusil provisto por la fuerza para ser usado en los allanamientos.

Finalmente, el comisario principal resaltó el profesionalismo con el que los efectivos resolvieron la situación, y resaltó que el entrenamiento y equipamiento que recibe la fuerza resultó crucial para proteger la vida de los policías intervinientes y que, si la misma agresión la hubiese recibido un oficial de comisaría uniformado de manera convencional, la herida en la cabeza habría sido letal.

Asimismo, destacó que tanto el ministro de Seguridad, como el jefe de Policía acudieron al lugar para interiorizarse de los pormenores de un procedimiento que resultó excepcional y se originó por la denuncia de una mujer víctima de violencia de género. Los efectivos involucrados fueron sometidos a los exámenes de rigor como dicta el reglamento.

A pesar de lo sucedido, el trabajo investigativo no se frustró y además de la importante cantidad de armas la pesquisa permitió recoger inquietantes elementos de prueba que ya están en poder de la Justicia.

Se denomina así en honor al Sargento DENNIS TUELLER, del departamento de Policía de Salt Lake City, quien tras varios estudios determinó que una persona en estado de salud normal puede correr casi seis metros y medio (21 pies, en el sistema métrico estadounidense), en 1,5 segundos, siendo este el tiempo en el que el policía puede sacar su arma y disparar.

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